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La Web

agosto 27, 2008

La siguiente fase del proyecto es la propia página Web coproducida con äda’ web, Documenta x y el Goethe Instituteen. En ella se presenta todo el desarrollo de la experiencia. La tríada cibertextual propuesta por Aarseth: máquina, colección de signos, operador humano, se muestra de nuevo válida para describir la dinámica de recepción de ésta como de cualquier otra página Web.

A diferencia que la superficie blanca con letras impresas de las páginas de un libro, la interfaz gráfica de un documento Web es producto de una doble codificación:

Una instantánea de la elaboración de este blog

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por un lado el lenguaje (HTML en este caso) en el que está escrita, y por otro la lectura que el navegador hace de este código para mostrar el resultado en nuestras pantallas. Esto que puede parecer baladí, no lo es tanto si tenemos en cuenta las sucesivas guerras de navegadores en que se ha visto inmersa la Web en los años sucesivos a la publicación en 1997 del Internet Project. Por ejemplo, pueden observarse sutiles diferencias si accedemos a la página Web del proyecto si usamos el navegador Firefox o el Internet Explorer. Ruidos al pasar el ratón por la espiral de traducciones, el lugar donde aparecen las ventanas emergentes… La mayoría de veces estos cambios no suponen un verdadero obstáculo para la lectura, pero a veces, una variación en el navegador de los estándares establecidos por el W3Consortio en la decodificación del HTML, puede llegar a producir frases superpuestas, tablas mal ubicadas y fenómenos por el estilo, que imposibilitan la lectura. Detrás de estas violaciones de los estándares existen intereses económicos centrados en la monopolización en el campo de los navegadores, es decir un ruido indeseable para la voluntad comunicativa provocado, una vez más, por la manipulación de un proceso de traducción.
Si consideramos la Web del proyecto un artefacto literario, como lo puede ser un libro, al que accedemos principalmente mediante la visualización de su superficie gráfica (la interfaz), la descripción de sus partes es bastante sencilla. Lo primero que encontramos es una página inicial en un entorno negro con la frase de Muntadas sobre el proyecto On Translation citada al inicio del apartado anterior de este trabajo. Desde esta página podemos acceder mediante unos pequeños “links” en rojo en la parte superior a otros documentos relativos a la plataforma äda web. A la izquierda mediante tres recuadros con fotografías accedemos a una sucinta explicación de los proyectos The Pavilion, The Games y The Transmision, respectivamente; los tres proyectos ya desarrollados de On Translation hasta la fecha de publicación de la Web. Después en un recuadro central con el texto en rojo “The Internet Project”, tenemos el vínculo que nos lleva a la página principal del proyecto Una pequeña leyenda al pie del link “optimized for Netscape 3” nos da una idea de la antigüedad de la página, de la fugacidad tecnológica de Internet, así como de la importancia de la labor traductora del navegador. Una vez en la página principal del proyecto, se presenta una espiral y sobre ésta la frase “Internet Project” en rojo. Al pasar el ratón por la espiral aparecen las sucesivas lenguas en las que la frase es traducida, y un clik en cada una de las lenguas muestra la correspondiente traducción. Una palabra en rojo “cycles” bajo la espiral abre una ventana con la frase en inglés original, y un “link” a su derecha con la palabra en blanco “backstage” abre una página parecida a la principal pero con la frase “Internet Project” escrita al revés. En esta página encontramos diversos “links”: “project description”, “credits”, “interpretations” y “proces”. En realidad es solo a través de estos materiales complementarios que vas sumergiéndote en el proyecto para comprender exactamente su funcionamiento. Cada link del “backstage” es relevante, y las explicaciones sobre cómo se llevó a cabo todo el experimento son cuidadosas y minuciosas.
El proceso de lectura de un texto digital con formato hipertextual basado en el vínculo como éste, requiere de un esfuerzo de investigación y descubrimiento de las funciones de los elementos interactivos no trivial e indispensable. Esto es lo que Aarseth denomina una “lectura ergódica”. El recorrido por el “argumento” para llegar a la “trama” de este tipo de documento también es diferente al realizado habitualmente en un libro impreso. El capítulo “plot and rizome” del artículo The boundaires of the digital narrative de Juan B. Gutiérrez, es muy aclarador para comprender este proceso: mientras que en la narrativa tradicional la trama (o fábula) es la historia cronológica y episódica y el recorrido argumental es la manera en la que esa historia es desvelada siguiendo el orden impuesto por las páginas numeradas, en la lectura hipertextual, la trama sería la totalidad de la información accesible mientras que el argumento viene producido por cada lector, en una secuencia única, a través de su recorrido rizomático por los diferentes “links”. De este modo, cada lector accede a la totalidad de la trama construyéndose su propio argumento. Por ejemplo, en mi primer contacto con la página, el descubrimiento del “backstage” fue fundamental para entender la naturaleza del proyecto. Solo después de leer detenidamente toda la información sobre las interpretaciones, la descripción del proyecto… pude volver a la espiral y comprender su funcionamiento.